¿QUÉ ES EL CIBERACOSO?

¡Hola una semana más chicxs!

Seguimos con las entradas semanales y esta vez, he decidido hablar sobre el "cyberbulling" y todo lo que esto abarca en esta nueva era.

Para ello, me he basado en el vídeo que os dejo a continuación y que nos ha compartido nuestro profesor Jorge, que nos imparte la asignatura de Pedagogía Social, para la realización de estos últimos seminarios.

Me ha parecido de lo más interesante y he sentido la necesidad de que quede aquí plasmado.

Empezaré con la definición de lo que es el "cyberbullying" o ciberacoso. Según UNICEF, se trata del acoso o intimidación por medio de las tecnologías digitales. Esto puede ocurrir en las redes sociales, las plataformas de mensajería, las de juego y los teléfonos móviles. Es un comportamiento que se repite y busca atemorizar, enfadar o humillar a otras personas. Esta forma de acoso en la mayoría de los casos va ligado con el bullying. La diferencia es que el ciberacoso deja una huella digital, que puede servir de prueba.

De todas formas, el acoso o el ciberacoso supone unas graves consecuencias para la víctima. En este caso, el cyberbullying puede ser más dañino y es más complicado de parar por diversos factores, según "is4k":

- El ciberacoso supone una desinhibición, por tanto, les puede llevar a cometer agresiones que en persona no harían.

- Otorga un supuesto anonimato que hace creer al acosador que puede salir impune.

- Al no estar cara a cara, se reduce la empatía hacia la víctima, pues el agresor no se percata de la reacción de esta y así es más fácil seguir el acoso.

- Los espectadores puede hacerse partícipes del acoso con una menor exposición personal.

- Al existir una inmediatez en las tecnologías actuales, hace que las respuestas puedan ser más agresivas, pues no tienen que esperar.

- La ausencia de normas dentro de las redes sociales permite comportarse de manera distinta que en persona.

- Por último, la posibilidad enviar mensajes en cualquier momento y lugar permite al acosador estar actuando las 24 horas, por lo tanto, la víctima no descansa.

Todos estos rasgos hacen que el ciberacoso en muchas ocasiones no se detecte o se pase por alto creyendo que se trata de una broma, por eso es de vital importancia que se tengan las herramientas necesarias para tratar e intentar parar la situación de la víctima, además de saber cuándo detectar un posible caso. Tanto el centro escolar como los padres, deben saber tratar a las víctimas darle la importancia que estas merecen, pues los daños psicológicos son realmente graves y lo que más necesitan es apoyo, además de comprensión.

Fuente: Pixabay

Considero que en los centros, dentro de lo que se pueda, debido a la cantidad de horas que los adolescentes pasan en ellos, los educadores sociales tenemos un papel fundamental y esto debe notarse y hacer que los alumnos estén cada vez más concienciados de las consecuencias que esto conlleva. Por tanto, sí hacemos falta y sí hacen falta mucha más investigaciones en casos que estén dañando la salud mental de los jóvenes y que pueden ser parados y tratados a tiempo.

Y hasta aquí esta entrada, ¡os espero!